Érase
una vez en un mundo llamado La
Planta de Limón,
vivía un bicho llamado Efraín, él allí era el más sufrido, no había cucaracha, araña o moscardón
que no se riera de él porque era asustadizo y torpe, hasta su madre,
su padre y sus hermanos solían murmurar cuando cometía un error y le decían" cabeza
de mosquito"
Un
día, Efraín decidió irse del pueblo Planta de Limón, tras dos
horas sin parar de volar Efraín llegó a un puerto que tenia un
delicioso olor a pescado podrido, y se refugió en el camarote del
capitán, cuando el barco zarpó Efraín empezó a llorar pero luego
pensó: tengo que aprender a ser fuerte, para eso emprendí esta
aventura.
El
viaje en el barco estuvo lleno de peligros: Un día, un temporal lo
sorprendió descansando en la vela mayor, otro día fue atacado con
armas químicas por el enloquecido cocinero chino, que lo bañó de
aerosoles e su insecticidas, ese día Efraín tosió durante tres
horas, otro terrible momento fue cuando sus patas se quedaron
pegadas en el dulce de leche que comía el fogonero. De todos los
peligros, el mosquito siempre se las arreglaba para salir con vida.
Cuando
el barco llegó al puerto ingles de Liverpool, bajó y conoció los
sitios más increíbles. Un día, Efraín se quedó atrapado en una
tela de araña pero demostrando una fuerza que ni el mismo imaginaba,
logró soltarse.
Mientras
tanto los vecinos de Planta de Limón y en especial los padres y
hermanos de Efraín, no pasaban ni un día que no pensaran en él,
arrepentidos de haberle maltratado, la familia se preguntaba dónde
estaba y que fueron muy injustos, decían de que era muy joven y se
burlaban de él.
Una
noche sucedió una cosa increíble, todos los bichos del vecindario
se juntaron en el Bar
de Chicho para ver el
partido de Argentina e Inglaterra.
Cada
uno se acomodó como pudo volando alrededor de la lamparita o sobre
los hombres que miraban, en el segundo tiempo del partido, el arbitro
pitó penalti para los ingleses. El bar Don Chacho parecía que iba a
estallar de rabia.
La
mayor parte de los humanos y casi de los insectos insultaban al
árbitro, los demás se echaban la manos a la cabeza y miraban la
pantalla como si estuvieran hipnotizados.
Todos
se agruparon más cerca de la televisión, sobre la cabeza de un
señor calvo. Un jugador inglés iba a tirar penalti y el portero
argentino esperaba nervioso, los segundos pasaban interminables, la
pantalla mostró un primer plano del jugador ingles ¡Efraín! gritó
una mosca señalando a la pantalla ¡Es Efraín!.
Efraín
, el mosquito estaba en la mejilla del delantero esperando a que el
árbitro pitara el penalti, ¡pero
si va a … ! dijo
el hermano mayor de Efraín, no llegó a decir "picar"
cuando el arbitro
hizo sonar el silbato.
El
jugador corrió hacia la pelota y cuando iba a lanzar, Efraín hundió
el aguijón acalorada mejilla, el delantero se sorprendió hizo una
extraña mueca, lanzo y falló.
El
Don Chicho estalló de gritos de algarabía, pero en medio de la
fiesta una cucaracha que estaba en el televisor grito: ¡ Esperad!
¡Esperad!, no hizo falta explicar nada todos miraron la televisión,
todos vieron de que el jugador aplastó a Efraín.
Efraín
murió, todos estaban tristes, en vecindario decidiendo hacerle una
leyenda que ponía: Efraín
vive, pero que lástima que eso no sea cierto.
FIN